jueves, 31 de octubre de 2024

La Casa del Poeta - Xavier Eduardo López

La muerte, aburrida, estaba en el limbo,
de poesía y lectura quería conocer.
Su cabeza aventaba como descachimbo,
un poeta potosino quería poseer.

Primero llegó a museos y palacios
en dónde un poeta se podría esconder,
por suerte no buscó en cantinas y patios,
mas a López Velarde pudo conocer.

Su casa ahora es semillero
de maestros y alumnos queriendo aprender
de ese arte que a veces no deja dinero
pero al entenderse nos puede sorprender.

Llegó con desdén al taller de los lunes
exclamando “¡Ahora si nunca me aburriré!
Elijan ustedes, humanos comunes,
al que este día me llevaré”.

El maestro raudo pidió la palabra:
“A mis alumnos no los puedes llevar,
pero te retamos a una competencia macabra,
de escritura y poesía te vas a llenar.

Media hora daremos para que algo escribas,
con nuestros cuadernos competirás
Si ganamos te iras solita y sin rimas,
si perdemos a un poeta te llevarás”.

La muerte puso su máximo esfuerzo
de sintaxis y estilo trató de estructurar
Con la clase leyó, tenían buen refuerzo,
La huesuda ese día no pudo ganar.

La poesía no se trata de quién gana o quién pierde,
el maestro de la clase le empezó a explicar:
“Hoy has aprendido que escribir a veces muerde,
pero amigos y experiencia podrás disfrutar”.

Ahora la parca los lunes descansa,
y a San Luis Potosí viene a estudiar,
La poesía y los libros la han hecho muy mansa
en la López Velarde se escucha recitar.

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