No seré catrina ni cuando sea calavera.
Lenta a veces, desalentada jamás,
no seré poema de largo aliento,
nunca lo fui.
En mi último aliento quiero ser
un cadáver exquisito,
formado de cientos de epitafios,
nunca lo fui.
En mi último aliento quiero ser
un cadáver exquisito,
formado de cientos de epitafios,
los de tantos (y tantas) a quienes amo.
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