sábado, 1 de noviembre de 2025
Día de Muertos - Armando Tumbas
Tiempos de resurrección, los muertos están rezando,
los invade la emoción, todos están suspirando.
Es que abrigan la esperanza de que les toque la suerte,
de ser de los elegidos para volver de la muerte.
Pocos vivientes sospechan lo que pasa en el panteón,
cada que es el día de muertos se arma la revolución.
Los difuntitos reclaman que tuvieron que morir,
dejando muchos pendientes que quisieran corregir.
—¡No tuve tiempo de nada!, ¡me morí sin testamento!
—Fuiste un gran irresponsable, era tu mejor talento.
—Es que costaba muy caro, ¡no me alcanzaba el dinero!
—Lo gastabas en cerveza y andabas de arrabalero.
—Deja volver a la vida, quiero explicarle a mi amor
que me mataron por nada, ¡no andaba de picaflor!
—No hace falta que le expliques, duró dos días compungida,
luego se acercó el compadre y ahora gozan de la vida.
—Yo era un chavo muy tranquilo, ¿por qué tuve que morir?
—Por huevón y mantenido, ¡todo se te iba en dormir!
—Pero yo ni ruido hacía, me la pasaba acostado.
—Fuiste un parásito inútil, ¡además de descarado!
—¡Yo me morí sorprendido! ¡No supe bien qué pasó!
Dame chance de ir a ver lo que en verdad sucedió.
—No te hagas el ignorante, lo sabe toda la gente,
te estrellaste manejando en estado inconveniente.
Como esas hay mil historias, con pretextos infinitos.
¡Todos piensan que merecen, que son difuntos benditos!
No engañan nunca a la muerte, que es por demás avezada,
ella sabe sus historias y no se le escapa nada.
La Catrina hace un sorteo, juegan a la lotería,
unos pocos agraciados dejarán la tumba fría.
Deambularán por el mundo, espantarán a la gente.
En los obscuros rincones los podrás ver repente.
Todos los demás se quedan guardados en el cajón,
después de un rato de quejas asumen su condición.
No falta aquel que reacciona: ¡dejen todos de llorar!
¡Ya se llegó el Día de Muertos y vamos a celebrar!
Saltan todos de la tumba haciendo mucho relajo,
se sacuden la tierrita, se mueven con desparpajo.
Aunque ya se petatearon, tienen derecho a reír.
¡Con música de ultratumba sí se van a divertir!
Bailan jarabes y polkas sacudiendo el esqueleto,
cuentan chistes de Pepito, es un desmadre completo.
Nadie sabe cómo fue, pero hay tequila y cerveza,
mañana será otro día, ¡les dolerá la cabeza!
Ya cuando va a amanecer, la parca se hace presente.
¡Vuelvan todos a las tumbas, que ya va a llegar la gente!
Los quiero bien seriecitos, quietecitos, ¡bien portados!
No vaya a ser que sus deudos salgan corriendo espantados.
Hay algo que les alegra cuando reciben visitas,
aprecian que la familia les regale florecitas.
También es acostumbrado que se les lleve comida,
de la que más les gustaba, cuando estaban en la vida.
Si tienes algún pariente guardadito en el panteón,
no te olvides de sus huesos, no te portes tan cabrón.
No causes que ese difunto se decida a visitarte,
y cuando estés bien dormido, ¡pueda las patas jalarte!
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