viernes, 31 de octubre de 2025

Sueño de cempasúchil y cacao - Alejandra Díaz de León



Yo la vi, les juro que la vi. Pegada al rostro de mi padre, ella observaba el sonsonete de su respirar. La olí, les juro que la olí. Su aroma era a cempasúchil y cacao. El olor se impregnó en su almohada.

Vi a la Muerte. Supe que en las noches lo ronda como si de él dependiera su estancia. Lo busca, se reconstituye en su aliento, como imprevista gota de rocío, lo toca y se vaporiza al avanzar la luz del alba.

No me miró. Es un ente amorfo y vaporoso que plañe, sediento de la congoja de nuestros susurros guturales cada noche. Se acercó a mi padre, abrió sus fauces, lo sopló con un vaho dulzón que recorrió su carne, hizo desaparecer el rencor de sus sueños no alcanzados.

Yo la sentí, les juro que la sentí. Recorría su lecho, se alimentaba de los vapores que salían de él y los pulverizaba. Ceremonial, lo sometía burlándose de sus planes, de toda la enramada de nulas posibilidades. No lo envidiaba; al contrario, presumía arrogante su presencia.


Para ella:
Somos un bocado: no llena, pero cubre la oquedad.
Somos el sereno: no moja, muestra la existencia.
Somos el gusano: no somos, pero queda donde hemos estado.
Desde que nacemos, la muerte es la única y asegurada herencia.

Muerte:
quiéreme despacito,
como no lo hicieron los humanos.
Arráncame de un mordisco
una gran parte de los labios.
Sella con tu arisca aparición
todo aquello que no me fue dado.
Recuérdame los fracasos,
escúpeme la verdad,
ríete de las victorias.

Descárname.

Parpadeo, al fin me puedo mover. Volteo a la cama donde está mi padre. Mi cuerpo, que ya no quiere ser de tanto huir, cansado termina siendo. Suspiro, la Muerte no cumple caprichos. Miedo, sonrisa, llanto. Me acerco a mi padre, le doy un beso tibio. Huele a cacao.

Mi padre abre los ojos. También la vio, lo juro. Sé que la vio. Me observa confundido, desconfiado, recio. Parpadea con desprecio, para él yo soy ella. Sigue con su olfato el olor dulzón y ladea su cabeza descristalizando su mirada para siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario