Aumentad una losa a mi apellido
para lo que me queda todavía,
falta a los huesos, falta su agonía
hasta que se acostumbren a este nido.
Aquí estoy, mis amigos, soy lo sido,
niño otra vez, discípulo del día,
mudo y desnudo en cuna la más mía
y de la muerte soy recién nacido.
Por lo que tengo de alas y querellas
dejadme en la esperanza que me asiste,
he de abrir a la jaula una ventana.
Resuelto en polvo ya, pero de estrellas,
Joaquín Antonio, apenas ayer fuiste
lo que hoy es cruz en tierra mexicana.
Este poema me gusta muchísimo.
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