¿Dónde quedó aquel soneto,
querido Antonio: en el monte,
en el tendido horizonte
o encima de un parapeto?
No lo sé pero prometo
en el vuelo del sinsonte
buscar, ¡mal haya Caronte!,
la rima de este cuarteto.
Quiero decir: no se muere
lo que por ti siento, amigo:
me da gusto declararlo.
Huye el pájaro. No espere,
este poema que digo,
el momento de alcanzarlo.
2
Si en el soneto perdido
me equivoqué en algo, ruego
a quien lo encuentre, si es lego,
no haga caso del sonido.
Lo importante era el sentido:
la amistad, que es como un fuego
capaz de curar a un ciego
con un calor encendido.
Antonio: aquí restituyo
lo que quise fuera tuyo
—el testimonio sincero,
o encima de un parapeto?
No lo sé pero prometo
en el vuelo del sinsonte
buscar, ¡mal haya Caronte!,
la rima de este cuarteto.
Quiero decir: no se muere
lo que por ti siento, amigo:
me da gusto declararlo.
Huye el pájaro. No espere,
este poema que digo,
el momento de alcanzarlo.
2
Si en el soneto perdido
me equivoqué en algo, ruego
a quien lo encuentre, si es lego,
no haga caso del sonido.
Lo importante era el sentido:
la amistad, que es como un fuego
capaz de curar a un ciego
con un calor encendido.
Antonio: aquí restituyo
lo que quise fuera tuyo
—el testimonio sincero,
mexicano y valenciano,
gongorino y machadiano,
de quien afirma: “te quiero».
gongorino y machadiano,
de quien afirma: “te quiero».
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Tomados de Siglo en la brisa
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