La tía Raco, hermana de mi abuelo materno (Rubén, que me heredó nombre y apellido), eterna habitante de Tlaxcala. En el atrio del barrio vendía dulces, y a pesar de su edad iba y venía al centro de la ciudad, con ánimo envidiable. No sé su edad, y no la pregunté en estos días: no hace falta: le faltaban dientes pero nunca le faltó una sonrisa.
Que hermoso detalle, siempre la recordaremos, besos hasta el cielo a mi hermosa abuelita.
ResponderEliminarGracias a los dos Dios los bendiga y un beso hasta el cielo mamita te amo!
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