lunes, 31 de octubre de 2022

Arrojo - Carolina María Madrid Velázquez

Llegó la hora.
La serenidad está presente.
Atrás quedaron el desespero,
la tristeza,
la angustia de lo que fue, de lo que vendrá.
Su convicción es total.
Sabe que habrá dolor, liberación.
No sabe volar, no importa,
confía en las manos que la sostendrán.
Su ser por fin es.

Desde lejos mira su cuerpo arrojado al vacío,
se deleita con las alas que se d e s p l i e g a n.

Está tendida sobre el pavimento,
perfectamente vestida como siempre.
Quien se empeña en esta acrobacia,
termina casi siempre fragmentado.
Todos menos ella.
Su cuerpo entero, sin un rastro de sangre,
su imagen apacible,
la levedad,
el descanso,
la tranquilidad.

Se ve dormida, descansa.
Su energía llena la atmósfera de paz.
Sus hijos sienten la fuerza del vuelo,
celebran, con dolor, su decisión;
sabían que era un viaje esperado, anunciado.

Su vuelo es el nuestro.
Su vida nuestra herencia.
Su viaje es el de todos,
ella se transforma, nosotros crecemos.
La esencia de la alquimia.

El arrojo de una suicida.




A la memoria de Martha Cecilia Velásquez A., 1951-1918

1 comentario:

  1. Hermoso y conmovedor poema. Hay tanta claridad en medio de ese vuelo, tanta luz que ilumina la muerte. Imágenes muy contundentes: "perfectamente vestida como siempre... sin un rastro de sangre". Carolina tu voz nos habla en un lenguaje sencillo y potente! Felicitaciones! Abrazos

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