jueves, 2 de noviembre de 2017

El enterrador - Berenice Barragán


Ya había enterrado a sus padres, a su hermana y a más de tres mil almas. El dolor era parte de su trabajo y de su vida. Le pagaban una miseria, pero la paz no tenía ningún precio. Aquella noche que escuchó a ladrones profanando los ataúdes, salió enojado con un hacha. El hombre busco a los individuos por perturbar su tranquilidad, dispuesto a darles un susto se adentró en la oscuridad entre los sepulcros.

¡Los encontró! Hurgaban en la tumba de Cristóbal Vargas, con un epitafio que decía:

De tantos muertos enterrados, ni enterado estaba de su muerte.

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