I
¿Dónde la letra es más cruel que la herida
en flor? ¿Cuál venablo llega profundo
al sinfín de la duda? Y acomete
a estocadas el verso, ̶ melladura.
El filo suplicante del acero
fundido en corazón, corta a mandoble,
y el sueño, como sangre, se dispersa
entre las flores blancas del cuaderno.
Al cuello la estrofa clava sus cuatro
uñas, para impulsar fuego a la muerte.
Levantará poema cercenado
la vida con sus sangre, con sus huesos:
nacimiento del guerrero que trova,
del trovador que tañe con la espada.
XV
Dibuja el primer verso. Poca madre.
Maldice a los corruptos, exquisitos
puñales de hojalata, la trapera
costumbre de asaltar a la poesía,
despojarla de sí (como del hombre)
para después mudársela a su talla.
Ni el amor le conviene a su puntilla
tajada para herir más que cantar
el negro corazón de los infieles.
La blanca leche ̶ jugo de leones ̶
el héroe bebe con su llanto amargo.
No se entienden, carajo. A la chingada.
y con el verso libre despuntado
se abre la vena de la indignación.
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