martes, 1 de noviembre de 2016

Al Poe-ta - Cindy Berenice Barragán Gaytán

El poeta incomprendido,
el mundo le suele llamar.
Oníricos paisajes y mórbidos seres, 
sus páginas suelen morar.

Gritos sombríos y canticos del inframundo 
resuenan entre su tumba.
Annabel Lee, entre tétricas lunas, 
resplandeciente como la espuma del mar
resurgía desde las olas 
para su lóbrego sepulcro profanar.

Amante de la locura, ¡oh, Señor de la nostalgia pura! 
Dichosos los invitados a la ribera de la noche plutónica.
Los demonios, gatos negros y sombras 
desdichadas, danzan ante el ¡Cuán aquelarre!
Los melancólicos cuervos sus plumas de ébano 
en su tumba dejan yacer.
Al resonar los tañidos de la medianoche, ante su óbito, 
barriles de exquisito vino se hacen desembocar.
No sin antes mencionar que la cadavérica muerte roja 
hacía presente su asistencia en ese fúnebre lugar.

Poesía con aroma a bayas de enebro, 
poesía con sabor a tormento.
¡Oíd! a los lamentos y cadáveres sin diente alguno 
que descienden del averno para alabar 
la vida de la célebre alma inmortal,
el poeta que no podrá librarse 
de la amargura de aquel cuervo miserable ¡Nunca más!

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