En Periódico de Poesía
De la generación de poetas mexicanos que se abre con Alí Chumacero (1918) pocos están ya entre nosotros, en el año 2011, recién concluido, murieron Tomás Segovia (nacido en 1927) y Félix Dauajare (en 1919). Segovia había alcanzado en los últimos años de su vida un reconocimiento nacional e internacional acorde con su extraordinaria calidad. Félix Dauajare, en cambio, llevaba un buen tiempo olvidado, aislado en su natal San Luis Potosí, y apenas rodeado por el cariño de sus discípulos, amigos y fieles lectores. Los últimos años de su vida su salud se había visto afectada severamente por distintas enfermedades.
Pagó sin duda con ese olvido el permanecer ligado a su terruño, no emigrar a la ciudad de México o salir al extranjero. Las noticias sobre su fallecimiento apenas han salido del ámbito local. Sin embargo su poesía tiene una relevancia notable y el lector interesado en esa generación debe rescatarlo del olvido. En los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, el momento de mayor creatividad de su escritura, Dauajare fue publicado por el FCE, y reconocida su importancia, pero pronto —al no estar en los tejes manejes del protagonismo literario— fue reducido a la idea de un poeta provinciano –ese mismo “provinciano” que tradujo espléndidamente las Elegías de Duino y que publicó El reino milenario, texto inspirado en Robert Musil hace más de medio siglo, cuando pocos hablan en castellano del gran narrador austriaco.
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