martes, 1 de noviembre de 2011

Memorias para un día de muertos - Gerardo Almendarez


El lunes
no es un buen día para morir
Lo supe cuando murió mi madre

Y del miércoles ni hablar
Ese día se marchó mi abuela

Siempre creí
que en un Día de Muertos
el sol debería llorar a los vivos
y ausentarse

De niño creía en la eternidad
en la perpetuidad de los míos
y en la inamovilidad del tiempo
que hoy pasa como una ráfaga de neón

Ahora sé
que la perpetuidad existe

si la pagas al cementerio

Que el tiempo es agua
arena
y
sal
entre las manos

Que la eternidad
es una promesa improbable

Qué cualquier día es malo para morir
y que los días de funerales
lluviosos y sombríos
los llevamos dentro
en alguna esquina
de los entrecijos

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