Urgente decir te amo (fragmento) - Tita Valencia

(Colsan, Colección Literaria, 2007)

Siento un nudo en la garganta al recodar esa noche, y al final, que te encontré sollozando porque supiste que tu muerte era inminente... Juntamos entonces nuestro espanto y desesperación. sin embargo, me decías entrecortadamente: "No temas... la muerte nos viene de la misma mano que nos dio la vida... Dime, tú que me amas, ¿verdad que mi ser no es este cuerpo que reclama la muerte? Jamás te abandonaré del todo... Seamos dignos, hay que aceptar con serenidad la voluntad de Dios..." Luego, avergonzado de tus lágrimas, te secaste los ojos y me pediste perdón por tu dolor.

Amor, muchas veces después de tu muerte, yo, desde mi amargo abandono, te he pedido perdón por mi dolor.

A medida que envejezco me acerco más y más a ti. Tal ve, terminada la mascarada del tiempo, nuestros ojos se vuelvan a mirar...

Lupe falleció a escasos días de concluida esta carta, en un anochecer de singular luminosidad.