viernes, 1 de noviembre de 2013

Sin título - Jeanne Karen

      El viento rompió mi paz con su canción de astillas.

Mientras yo era un despeñadero de sueños y sensaciones a punto de derrumbarse,

hacía algunas llamadas esporádicas a la muerte; mas la terrible idea del Leteo,

me hacía remontar las agua en la barca de mi locura.

Hoy he olvidado su rostro; pero aún recuerdo sus labios: precisos, exactos a la hora de hablar. Un color rojo, como velo susurrante y delicado los cubría. Y yo sentía curiosidad por verlos desnudos; deseaba conocer la tintura de sus dientes, revelar la verdad sobre su sonrisa.

Pero hay días en que me duele la lluvia, en que la lluvia se me encaja en la entraña abierta hasta el espíritu, hasta las vísceras, y me llena toda con su crueldad de luz herida y cosa contraria a la nada.

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(De La luna en un tatuaje, Editorial Verdehalago, 2003.

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