sábado, 2 de noviembre de 2013

Y pensar


No sé bien lo que quiero, ni quiero saber lo que

quiero. Quiero tan solo
pensar en ella.
Nada le pido a nadie, ni a ella, sino pensar.

Pessoa

No le temo a la muerte. Me preocupa, sí, dejar de pensar. Dejar de escribir también pero como quiera, he dejado escapar tantas historias y tantas palabras se quedan en mi mente que no sería lo más importante, pero dejar de pensar sí me da en qué pensar. Distraido y todo, disfuncional acaso, mi mente es lo único que tengo, finalmente, en todo momento. Esa es mi realidad. Y me preocupa dejar de pensarte, tan placentero como resulta. El cuerpo finalmente se cansa, no puede uno vivir de placer, pero la mente se queda en esos momentos gozosos, plenos, ahí no pasa el tiempo ni nada muere ni envejece. Esa es la realidad. Y te pienso tanto. Y es que el pensamiento hasta cuando duele es tan mío; dedicado a ti pero mío. Si te viera morir te lloraría y no te olvidaría, te escribiría y quizá no dejaría tan fácilmente que bajaran tu cuerpo a la tumba, lo besaría una y otra vez como me gusta hacerlo tanto. Si me muriera creo que me extrañaría, me he acostumbrado a mí, a mis lagunas y enmimismamientos, a buscarle tres pies al gato, a llevar mis procesiones por dentro y a cargar mis muertos en silencio. Y a pensarte. No me gusta la idea de no poder escribir qué se siente morir.



No hay comentarios:

Publicar un comentario